La belleza, toda su historiaJOSÉ MARÍA PLAZA Ahora que la belleza está más de moda que nunca (o eso es lo que parece mirando las revistas), no nos vendría nada mal reflexionar un poco sobre este tema, porque la belleza no es sólo algo que se ve, sino también un concepto. ¿Qué es lo bello? ¿Quién decide lo que es bello? Esta es una pregunta que nos debemos hacer y que serviría de debate en clase. Por de pronto, la belleza no es algo inmutable; cambia con las culturas o las épocas. Todos recordarmos las mujeresde Rubens, blancas y llenas de carne, tan distintas a las flacuchas minifalderas de los años sesenta. Y así, podemos hacer mil comparaciones. La revista Clio nos ofrece un muy interesante cuadernillo sobre la idea de la belleza a través de la historia. Y parte de los egipcios, pues las rollizas mujeres de la prehistoria no mostraban interés en cuidar su cuerpo. En Egipto ya existían decálogos de belleza femenina y masculina, no tan distintos a los que predominan hoy. Entonces se buscaba que la figura tuviera una apariencia divina: talla esbelta, ojos grandes, labios carnosos, piernas delgadas, senos firmes (ellas), espaldas anchas (ellos). En fin... Cleopatra tendría ahora mucho éxito. Pero esta idea de belleza se fue transformando: en el mundo clásico de Grecia y Roma se buscaba la armonía, la proporción; pero en la Edad Media la belleza empieza a variar, y se pone de moda el cabello rubio (hasta entonces, siempre había sido negro), el rostro alargado, casi gótico, los labios finos y los senos pequeños...En el Renacimiento, como bien sabemos, se vuelve a mirar hacia Grecia en todo, incluso en la belleza. Y luego ya, en el Barroco, es cuando se revoluciona este concepto y lo que gustan son esas mujeres carnosas -bastante vacunas- que tan bien refleja Rubens en el cuadro Las tres gracias, de 1639.
sendo traduzido, aguarde..